Polenta y papas de maíz ...., un pedazo de tradición oral.

Esta receta me ha hecho recordar ...

Una o dos veces al año mi madre preparaba para cenar o desayunar "papas de millo con leite frío"… 

Eran unas papas de harina de maíz hechas a fuego lento en agua con una pizca de sal…., dejando cocinarse bien la harina y agregando toda el agua que fuera pidiendo… con calma y sin separarse del fuego…, revolviendo y revolviendo hasta que tanto el olor como la textura cremosa ya te dicen que está en el punto… Hay 365 días al año y uno o dos bien podemos dedicarlo a este tipo de revival culinario …, es importante  que no se pierdan las tradiciones allí donde las hay...

Habitualmente estas papas no se tomaban calientes…haciendo a buen seguro hinchar el estómago a más de uno y ver las estrellas…., se dejaban reposar en un cuenco o un plato y al cabo de un buen rato o al día siguiente ya con la pasta más sólida se cortaba un trozo, se ponía en un plato y se le agregaba leche fría y azúcar por encima…. ( importante recordar que no es Maizena eh?… no me seáis golosos…)

No hace falta ir a una casa de turismo rural de la montaña de Lugo o Asturias… podemos hacerlo en casa aunque siempre sentará mejor tomarlas con en un escenario de aquellos… que todavía los hay…. os cuento algo de esto al final si os parece…

Esa masa de harina de maíz nos servirá en esta ocasión para hacer una Polenta, alimento típico de la Italia más rural y tradicional, pero también de algunas regiones españolas …. tiene un trasfondo muy familiar pues se pone al centro de la mesa y todos comen de ella a la vez, cada uno por una esquina..

Tenemos que conseguir en una panadería o en la tienda harina de maíz, millo o milho … de preferencia bien molida y tamizada para hacer una pasta más ligera y sobre todo más digerible...

Inicialmente ponemos a fuego alto para que hierva 1 litro agua con un par de cucharaditas de café de sal en un recipiente al fuego y llenamos 2 tazas grandes de desayuno de harina que iremos agregando poco a poco y si es posible tamizándola para que no se nos formen grumos…. El proceso de cocción durará unos 15 o 20 minutos y hay que estar ahí…al pié del cañón revolviendo todo el rato con una cuchara de madera o bien un batidor de claras como el de la foto que todos tenemos por casa y casi ni lo usamos… mira tú que bueno para esto.

Se le puede agregar algo de agua "a poquitos" si por lo que fuera se os espesa mucho de repente.

Hemos de cocer la harina de maíz durante esos 15 o 20 minutos como mínimo para que no se nos haga indigesta en el estómago…, pues como se preparaban las papillas de los niños pequeños..

A partir de aquí vamos revolviendo hasta que espese, sin apurar mucho el fuego…. Nos daremos cuenta fácilmente de cuando empieza a estar en el punto porque parece el magma en la superficie de un volcán haciendo burbujas y lanzando lava amarilla con cada "plop" "plop" que si te pilla el brazo o la mano te pone fino…, pues como cuando haces membrillo…igual!

Al final, después de ese tiempo de labor de meneo ya vamos teniendo la polenta lista y le agregaremos un chorlito de aceite de oliva virgen del mejor que tengamos…, puede ser aromatizado con hierbas, pimientas…incluso picante. Comentábamos uno de estos días como estaría agregándole un aceite con maceración de trufas …. por favor, nos pasaríamos el día comiendo… ¿os dáis cuenta?

La cosa simpática viene ahora…

Buscamos una tabla de madera, que concretamente  esta que veis aquí es una giratoria que compramos en IKEA, y extendemos la pasta de polenta como si fuese una base de pizza al fin y al cabo….

Por encima le pusimos un pisto vegetal recién cocinado con calabacín, ajo, tomate natural, cebolla y berenjena….todo bien pechado, ósea un "súper-pisto" con unos trocitos de filete de lomo de cerdo que sobraron del mediodía y que claro…, no los íbamos a tirar…

este paso no hay que explicarlo, cada uno que lo haga a su manera o si no se puede abrir un bote de tomate o aprovechar una salsa Bolognesa…en fin, algo con base de tomate es fundamental aquí..

Rematamos con un poco de queso Parmiggiano medio para decorar, medio para dar sabor…y así simplemente en caliente y sin dejar enfriar….¡¡Al ataqueeee!!!….

En este caso cada uno con su tenedor y uno por el este…, otro por el oeste... el del norte y el del sur a dar rienda de la maravillosa polenta.

En Galicia hay tradiciones que van pasando de padres a hijos y aunque en temas del comer es fácil que se repitan y se perpetúen insensiblemente, hay algunas que casi están cayendo en el olvido…. Este tipo de comida altamente energética  era uno de los pilares alimentación de antes…, de toda la vida…y cuantas veces se habrá tomado como comida principal o única en la época del hambre, la posguerra…

Hoy no deja de ser algo pintoresco o con un fuerte trasfondo etnográfico…, pero preguntad a vuestros abuelos…, preguntad!

Os dejo un enlace a una página preciosa que habla de todo esto en primera persona Ibias, el lejano Oeste y de la Editorial Canela que tiene textos y mucho material sobre costumbres, cultura popular, música y tradiciones astur-galaicas muy interesante 

Queridos… era la época en que la gente de la alta montaña vivía en pallozas y la alimentación era algo absolutamente en relación a los productos que cada estación de año iba dando… Mirad la estampa de la derecha.…¿quien es el verdadero protagonista del retrato…? ¿ el cura que iba de aldea en aldea?…¿el potro?… ¿o el que lo sujeta, que podría ser el dueño y encargado de hacerle tan precioso flequillo al animal…?….. No se vosotros, pero yo me montaba en la máquina del tiempo, convencía a mi familia y me iba a pasar unos meses ahí…. mañana mismo.

Cuánta hambre quitaron…!! Y qué buen sabor … Tenéis que probarlas un día...

Bueno fratelli…, pues con el bandullo lleno y pletórico…. creo que me voy a talar unos cuantos árboles a puro golpe de hacha que se me han cargado las pilas y necesito desfogar….

Un fraternal abrazo a todos los golosos del maíz……  Chaooo!!!