Pues ha salido bien parado, por el resultado que veis en la foto se ha merecido un hueco en la alacena "panarra" donde guardo los utensilios de tan insigne vicio artesano y el resto de los moldes.
Comencé a usar moldes para hornear este año y de verdad que es perfecto para lo que a mi me gusta.
Una masa muy hidratada ( a veces 400 ml de agua y 500gr de harina) la dejas levar bien, la manipulas solo un poco y la pones en el molde y ya va sola...
Los resultados son espectaculares. Pan, pan.. con forma de bizcocho o pudin..., o magdalenas !!
Por cierto que he buscado en Google "panalenas" y no me sale nada de esto o con este nombre...entonces hago como los conquistadores del Polo o las Américas.., pongo mi pica en Blogger y doy nombre a este panecillo.... y le agrego el copyright ®.
Buscaba perfeccionar los Paneloy Extreme (también ® ) del otro día que me salieron de chuparse los dedos..., pero esta hiperactividad que tengo me lo impidió... El culpable del cortocircuito fue el molde..
(..el tema Paneloy tiene que ser protagonista de una entrada a parte). En casa, de toda la vida se hicieron estos panecillos tostados para acompañar embutidos o quesos...o para untar. A los niños les encantaba el nombre y así les quedó...
La receta:Dia 1: La pasta de centeno prefermentada |
Al día siguiente le agregué un casi nada de levadura fresca de panadería (no la pesé..., como un Sugus más o menos) y volví a agregar otros 150 gr. de levadura y otro tanto de agua.
Estuvo reposando unas 3 horas porque al centeno veréis que le lleva más la fermentación que al trigo, y cuando dobló fui volcándolo en los moldes. Justo para 6.
Las panalenas recién nacidas. ¡Mira que ricas! |
Unos 10´ de vapor a tope dentro del horno a 250 ºC y después se retira y se sigue la cocción a 220ºC unos 20´ más, ya que estos panes eran pequeños...Le metí a la mitad un orejón dulce en el medio.... y al horno, previamente precalentado a >250º y con una bandeja de agua en el fondo para el efecto sauna, que si no, no hace corteza.
El corazón de orejón bien a la vista |
En todo caso lo de siempre, no separarse mucho del horno e ir a mirarlo de vez en cuando sin abrir la puerta...
La corteza gana mucho y se hace más crujiente si una vez que pensemos que están hechos y decidido apagar el horno, todavía se dejan un ratin dentro con la puerta algo abierta...( esto no es broma, lo aprendimos con Pepe Vieira en un cursillo de cocina que nos enseñó los trucos de una masa de empanada..).
Pepe Vieira en su salsa. Aula Caixanova 2010. Vigo |
Lo juro! Que tío más grande. Una estrella Michelin en su restaurante de Poio. Camiño da Serpe.
Aunque es buen comunicador, este es más serio que Arguiñano, o por lo menos no cuenta chistes...
Más adelante prometo una entrada de Tartaletas de berenjena con jamón, que fueron la estrella una de estas Navidades pasadas y en la que el molde de magdalenas también fue la clave.
Hasta la próxima.
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