Ya llevo unos años en esto de las masas, las empanadas, los experimentos con mezclas de harinas..., y llegó el momento de la prueba definitiva.... preparar una empanada de broa o maíz...o millo, con un relleno mítico por estas tierras y esta época.... los chocos.
Son expertos en Redondela, el municipio donde está el puente de Rande que une las dos vertientes de la ría de Vigo....Preparan chocos por toneladas, y la Festa do Choco de Redondela es de las más famosas de todas las "gastro-festas de verán das Rías Baixas"... (se entiende bien el Gallego...).
En Galicia el maíz siempre ha formado parte de la alimentación tanto de las gentes como del ganado… Os dejo una foto de unos molinos tradicionales que hay cerca de Vigo, en O Rosal, que todavía funcionan al modo tradicional y que nos permiten disponer a los de la ciudad de esas harinas maravillosas... Muiños do Folón..., fantástico conjunto etnográfico para visitar un domingo…
Estas son las azafatas que tiene contratado el Concello de O Rosal para enseñar los molinos....
Preparamos un guisito con dos chocos fresquísimos, sus dos cebollitas, dos dientes de ajo y unos granos de pimienta negra por no echarle guindilla, que en casa hay muy poco valiente...
No es demasiado facil encontrar harina de maíz gallego de molienda tradicional, pero hace unos días la descubrí una panadería-pastelería en Pontevedra y me lancé como loco a hacer una empanada.
Creo que es bueno acostumbrarse primero a trabajar este tipo de harina con otros fines, como el pan, algunos dulces, muffins.....etc, y cuando tooquisqui esté ya confiado contigo y tus hazañas con el maíz.... de repente te descuelgas con una empanada de estas y vuelves a ocupar ese lugar en la familia que solo se reserva a los que han hecho algo importante.... De verdad, voy a intentar contaroslo paso a paso para que con un poquitillo de intención que le pongáis os salga algo digno como me pasó a mi...
Y si un día se os quema o algo..., no pasa nada. ... Bufff las que os podría contar yo ....
He de reconocer que le he hecho caso a la Sra. Carmen... (no digo más porque ha sido paciente mía..., por aquello de la Ley de Protección de Datos..)…, ella misma me garantizó que era la cocinera que mejor hacía la empanada de broa de todas las Rías Baixas...., y en fin, creo que sus enseñanzas verbales contribuyeron a darle un toque muy especial a la empanada de hoy....
¿y qué tan especial?... Pues fundamentalmente la mezcla de una madre de harina de centeno en una 1/4 parte del total de la masa... El resto lo monté a mi manera, pero este detalle tan importante creo que le dio el punto de notable alto... o sobresaliente más bien!!
Carmen!..., nunca más volveré a hacerla a mi manera y me apunto al mix del centeno...
Digo todo esto porque, aunque lo más tradicional es preparar una masa de harina exclusiva de maíz de una textura muy muy pastosa tirando a seca ( en ese punto de trabajo con la cuchara que casi estamos a punto de romperla en la siguiente vuelta....), hay quien "dulcifica" el asunto mezclándole harina de trigo y un poco de levadura fresca o seca..., que gracias al gluten que arma, permite trabajar la masa algo mejor que solo maíz, sobre todo pensando en la capa de arriba que has de montar como el empedrado de una calle... "trozo a trozo".
Pero eso también es lo bonito, hacer una bola con ese "engrudo" de maíz, aplastarla entre las palmas de la mano y con cuidado ir colocándola encima del relleno de la empanada, el que sea..a modo de puzzle imperfecto. No importa que queden separaciones, es más..., esta empanada se caracteriza por eso, por parecer la superficie un auténtico archipiélago de placas de maíz. Impresionante de verdad!
MATERIAL Y MÉTODO..
2 días antes comencé a preparar la masa madre de centeno simplemente mezclando en un bote de Pirex como el de la foto unos 100 gr de harina de centeno con otros 100ml. de agua. Quedó en un sitio tranquilo de la cocina a temperatura ambiente.
Pasadas 12 horas (foto de la derecha ) ya comienzan a verse burbujillas en la mezcla, eso es que comienza ya a fermentar adecuadamente con las propias levaduras que tiene la harina de centeno, habitualmente en la cascarilla, con lo que volví a agregar la misma cantidad de harina (100 gr) y de agua (100 ml), revolví y dejé reposar de nuevo toda la noche…
....Y esto es lo que me encontré por la mañana... un bote a punto de rebosar, con unas burbujas llamativas, un olor parecido a cerveza riquísimo .... y volví a alimentarlo con algo más de harina y de agua, potenciando cada vez más el proceso.
Esto sucede en tan solo dos o tres días como máximo porque estamos en verano y el calorcito acelera estos procesos...en invierno esto mismo nos llevaría por lo menos res o cuatro días enteros.
Si no vamos a usar en ese momento la masa madre, se puede meter en la nevera y se frena o retrasa el proceso fermentativo sin que se pierda el producto o se acidifique mucho....incluso se podría congelar y al despertar de la congelación partiríamos exactamente del punto que tenía al meterla en el congelador...Sorprendente no?...No, no tanto...Es un proceso vivo completamente, y las levaduras no mueren con la congelación, solo se ralentiza su crecimiento..., sin embargo con la cocción, en torno ya a los 55ºC la palman irremediablemente..., por eso el pan no tienen e en absoluto ninguna levadura viva. Si un a trozo de pan le salen hongos por fuera es que los adquiere del exterior...
Vale, tenemos unos 400 gr. de masa madre lista!!
Vamos a los chocos, que limpiaremos y tendremos un rato a remojo con un chorro de limón para que suelten cualquier arenilla que tengan.., y se preparan de la manera más simple del mundo con un guisito de cebolla, ajo, sal y pimienta negra o una guindilla pequeña..., eso al gusto de cada uno.
Que pintaza tiene esto...solo faltaría haberlos pescado nosotros mismos, cosa que no es nada difícil por esta zona. Si te acercas a un muelle hay la tira de choqueiros ahí dale que te pego todas las noches... ("algo tendrá el agua cuando la bendicen"...)
Bien, chocos listos!!
Vamos con la masa, que montaremos completamente con cuchara, nada de manos…, que vamos a trabajar con agua hirviendo... Para esta receta empleé 600 gr. de harina de maíz.
Para el amasado del maíz hay que utilizar agua hirviendo y lógicamente una cuchara de palo, no nos vayamos a quemar... Se va a gregando la que vaya pidiendo. Mejor tener un secretario que nos lo vaya haciendo poco a poco..., porque os podéis imaginar revolviendo, agregando agua, volviendo a poner al fuego, cogiendo el móvil, haciendo la foto… no me quemé de milagro.
Bueno, todo por vosotros…, afición !!
Este es un punto de textura muy adecuado, ya véis que es más parecido al cemento que a las natillas...
Un aspecto controvertido para los más puristas...a los que yo no siempre hago mucho caso (porque son los que se suelen quedar con los secretos en la manga....), es si agregar mantequilla o manteca de vaca.
Yo se la echo. En mi casa de toda la vida se echaba, y yo sigo la trayectoria…
Pues ea!, un poquito de mantequilla sin que nos vea nadie....
En este punto os voy a contar lo que me sucedió y cómo lo resolví sobre la marcha…
Resulta que yo estaba acostumbrado a preparar solo masa de maíz y le dí la textura firme que pide esta masa, pero al mezclarle la madre de centeno se me volvió un poco más pastosa, de manera que por no andar corrigiendo con más harina seca hasta conseguir textura más firme, la extendí en la fuente con una rasqueta panadera... (podría hacerse también con la mano o una cuchara...)
Agregamos el guisito de chocos, con su cebollita mezclada y todo lo demás vertiendo solo un poco de líquido, el suficiente para que no se desparrame por fuera y nos inunde la empanada....Cada uno que calcule y pruebe...es la mejor manera de aprender.
La capa de arriba en este tipo de masas hemos de ir colocándola por partes, como si fuera un empedrado de baldosas de una calle o un puzzle de unas 15 o 20 piezas...¿entendéis?.....esta es la manera más tradicional……
Nos mojamos las manos, cogemos un poco de mansa, boleamos entre las palmas de las manos y aplastamos como si fueramos a hacer una tortita....y sin reparar demasiado en si queda con 3 o 4 milímetros, se van colocando las piezas de este exquisito puzzle encima de los chocos, hasta que casi no veamos el relleno. Siempre quedan las grietas a la vista...cosa que contribuirá también al aspecto tipico exterior de esta empanada.
Como en este caso la masa me había quedado un poco menos espesa y al
aplastarla entre las palmas de las manos se me pegaba, pasé al " plan B "
extendiéndola de nuevo con la rasqueta y haciéndole las grietas con
pequeños cortes en superficie. Al fin y al cabo lo mismo...y ya veréis el resultado...
El granulado que se ve en superficie es harima de centeno espolvoreada con un colador como hacemos con el pan, tan solo estético...
HORNEADO…
Horno a tope, bien precalentado a 250 ºC 15 minutos antes de introducir la empanada, ambiente húmedo como ya hemos comentado en otras ocasiones los 10 primeros minutos de horneado con una bandeja con agua en el fondo del horno..., primeros 10 minutos a 250ºC y a continuación quitamos la bandeja del agua y seguimos horneado seco otros 35 minutos bajando la temperatura a 200ºC sin volver a abrir la puerta del horno más que al final para comprobar que lo negro de los bordes era tinta filtrada y no quemado...!!
Este es el resultado… el color dorado marrón propio de la reacción de Maillard …. corteza escarchada…y un olor…., de verdad que bueno, bueno, bueno!!
…más cerca
Más fotos de la niña....
Y este primer plano, posando de maravilla....
…después cada cual le da el punto de grosor que quiera..., lógicamente si esta extensión que tenía la empanada, la concentramos en un recipiente más pequeño y nos queda más gordita, pues quizá le venga mejor 3-5 minutos más de horno, o simplemente apagar el horno y dejarla un ratillo más adentro… esto ya son detalles que os dejo para que vayáis improvisando...
Bueno, más vale una imagen que mil palabras , verdad?
Bueno..., hubo leches para comerse el "pegao" que quedó en los bordes... tipo el socarrat en una paella, crujiente y sabrosísimo por los jugos que se fueron vertiendo ahí...y para nada quemado como podría parecer desde aquí..... Las raciones han de cortarse generosas..
Viva el amarillo siempre, no??
El toquecillo de la harina de centeno espolvoreada por encima le da un toque extra-crocante en la capa superior que mejora el gusto de la empanada cien por cien.
.... y si después, sabiendo que hay agua en la jarra, te entregas al vino que acompañó todo esto ....
queda declarada Jornada Memorable de la Orden del Choco este 24 de junio de 2013.
He de reconocer que la excusa aquel día era una buena paella, y sobre todo sobre todo....
buena compañía.!!
Gracias Amaya y Jaime... !! Va por vosotros !!